Cultura, Liderazgo, Métricas

20 síntomas de que tu empresa necesita un cambio

Locura es hacer lo mismo una y otra vez, pero esperando resultados diferentes. Esta frase se atribuye erróneamente a Einstein y refleja la realidad de muchas empresas: ¡Algo no funciona! He trabajado con muchos equipos, empresas, sectores, países y culturas. Hay un sensación generalizada de que, por algún motivo, las empresa podrían ser mejores, podrían entregar más valor, sentir mejor a sus empleados o bien convertirse en lugares más inspiradores. 

Sea como fuere, algo est á fallando y hemos podido hacer una recopilación de 20 síntomas que afectan a las empresas hoy día. Analicemos estos 20 síntomas y cómo impactan en nuestro día a día. ¿Cuántos de ellos te has encontrado? 

Desconexión entre la dirección y los equipos

En muchos equipos tienen la sensación de que la dirección solo quiere “ganar dinero” y los describen como yuppies neoyorkinos de los 80 donde se encienden puros con billetes de 100€. Sin embargo, cuando trabajas con la dirección de las empresas, casi todas están súper preocupadas por el bienestar de sus empleados, incluso por encima de sus clientes. 

Esta desconexión entre la dirección y los equipos es habitual y bastante perjudicial. Nos lleva a muchas situaciones de tensión, de frustración por la falta de entendimiento, a una baja motivación. Este síntoma suele ser devastador en empresas pequeñas porque generan una ralentización elevada que impide entregar valor. 

Pérdida de Oportunidades

Desde que apareció la Covid19 España ha intentado desarrollar su propia vacuna. Después de miles de millones invertidos y años de trabajo, la vacuna no ha llegado a usarse debido a lo tardía de su recepción. La pandemia se considera superada y la enfermedad se está erradicando. 

En el mundo del conocimiento, cómo las vacunas o el desarrollo de software, la velocidad es clave, el mercado no espera a nadie. Y esta pérdida de oportunidades muchas veces nace de la burocracia excesiva de las empresas, más preocupadas de controlar que de facilitar la entrega de valor. Este síntoma muestra claramente la necesidad de mejorar la confianza en los equipos y eliminar la cantidad de reglas ingentes que siembran muchas empresas. 

Alta rotación

Existen multitud de estudios y encuestas donde más del 80-90% de las personas no les gusta su trabajo. Eso significa que casi todas las personas dedican una parte importante de su vida a una actividad que les desagrada. ¡Perdemos la vida en empresas que no merecen la pena! En sectores donde existe alta demanda de perfiles la rotación se dispara (en otros sectores esto es un lujo). Curiosamente, la mayoría de estas profesiones son de alto valor. 

Las empresas que sobrepasan el 10% de rotación anual deben trabajar su cultura, están por encima de lo razonable y perdiendo muchísimo dinero en talento perdido. Sin embargo, nuestra estrategia suele ser reforzar el recruiting. ¡Cuidado! Una alta rotación es consecuencia de una cultura que no enamora, que no atrae, y las personas preferirán saltar del barco que seguir con él. 

Falta de comunicación

Si hay un punto de mejora que más aparece en las empresas o clientes con los que he trabajado es la falta de comunicación. Existe una sensación de que la comunicación fluye mal en las empresas y que nos genera muchísimos problemas. Además, el trabajo en remoto hace más compleja la comunicación. 

Solemos atajar estos problemas con procesos y burocracia. El gran reto de la comunicación es la estructura de la empresa, si necesitamos a personas que no están en nuestro equipo para acabar el trabajo, la comunicación dejará de fluir. Nos organizamos en departamentos estancos que acumulan información. 

Baja Eficiencia y Productividad

Uno de los grandes retos del siglo XXI es la productividad y la eficiencia. Las empresas del conocimiento han roto el paradigma tradicional del trabajo y, por tanto, las técnicas clásicas de productividad apenas generan resultados. Creamos equipos a los que les cuesta entregar valor por culpa de las dependencias con otras áreas. Además, disponemos de sistemas de bonus asociados a departamentos que, por sí solos, no nos entregan valor. 

La eficiencia y la productividad en el desarrollo software u otra disciplina del conocimiento necesitan equipos con autonomía end-2-end para que podamos desarrollar técnicas que nos faciliten la maximización de valor. 

Falta de Compromiso

Solemos confundir el compromiso de una persona con su empresa con la capacidad de cumplir objetivos o fechas impuestas por otros. La obediencia no es compromiso. Ahora bien, las personas se comprometen con aquello que deciden y, en las empresas, existe un cierto temor a dejar que los equipos se autogestionen. Esta falta de confianza se traduce en equipos que necesitan que se tomen decisiones y, por tanto, que se sientan dirigidos. 

El compromiso es limitado debido a que dependemos de otras personas para funcionar. 

Ausencia de Métricas Útiles

En el presente de las empresas, el medir es una necesidad imperiosa. Las métricas son necesarias y muy trabajadas. Queremos tener datos que nos guíen en nuestra toma de decisiones. 

El gran reto de las métricas es que las que realmente aportan valor son más difíciles de medir. Las métricas de resultados son clave para que los equipos analicen su trabajo y busquen puntos de mejora. Sin embargo, en muchas empresas del conocimiento preferimos medir métricas de actividad para entender si el equipo trabaja “bien”. Medimos horas imputadas o cumplimiento de alcance en fecha.

Estamos en la era del valor, de los resultados. Los equipos que gestionan conocimiento (software entre ellos) se deben enfocar en resultados. 

Procesos Ineficaces

Cuánto mayor es una empresa más tiende a crear reglas y procesos para tratar de controlar a sus miembros. Cada vez que obtenemos un resultado negativo creamos una nueva regla para regularlo. 

Llega un momento que la cantidad ingente de procesos los hace contradictorios e Ineficaces. Un empleado medio pasa hasta un 30% de su tiempo siguiendo procesos absurdos en vez de entregar valor. ¡Necesitamos procesos mínimos y foco en resultados!

Dificultad para Innovar

En la cultura latina la innovación es ausente. Estamos acostumbrados a desarrollar tareas para otra persona (management o cliente) en vez de pensar soluciones innovadoras que nos aporten valor. 

Esta dificultad de Innovar es causada por muchos factores: reunionitis, procesos, poca autonomía de los equipos… ¡Los resultados de los equipos están lastrados por cultura de obediencia sobre culturas colaborativas!

Managers Saturados

Dado que las empresas apoyan sus procesos en capas de managers, conseguiremos un efecto aterrador. Los managers acaban soportando agendas repletas de reuniones con poco valor y horarios infernales solo para que la operativa sobreviva. 

Disponer de managers saturados por la cultura hace mucho daño, nuestra capacidad de entrega se resiente y los equipos acaban quemados de que no les hagan caso. Puedes tener managers pero son los equipos quienes deben tomar sus decisiones o acabaréis trabajando muchas horas para conseguir muy poco. 

Lentitud al tomar decisiones 

El día a día de un equipo y una empresa son sus decisiones. Cómo consecuencia de las anteriores, al tener managers saturados y reunionitis, nos cuesta mucho tomar decisiones claras (y que sean compatible con los procesos de la empresa). 

La lentitud en la toma de decisiones tiene un impacto en la perdida de oportunidades que, por desgracia, es difícil de medir. Ahora bien, muchas empresas se lamentan de lo que tardaron en atacar ese negocio que podría haberles ayudado solo por estar enfocados en temas operativos. ¡El mercado está por encima de tus procesos!

Resistencia al Cambio

Uno de los grandes males de las empresas es la voluntad de querer mejorar pero la resistencia a cambiar. Pensamos que hay que eficientar los procesos cuando la única manera de mejorar es cambiar la estructura de la empresa y encontrar nuevas formas. 

El problema es que, entre la ausencia de tiempo para comprenderlo y el “siempre lo hicimos así” vivimos en un mundo donde nos cuesta mucho cambiar. Las empresas acaban prefiriendo modelos conocidos de control que nuevas formas orientadas a resultados. ¡Perdemos el control de las personas!

Descontento del cliente 

Uno de los síntomas más graves es el descontento que transmiten los clientes. Debemos entender que al enfrentarnos a problemas complejos la exactitud es más difícil y el control excesivo se pierde. Los clientes perciben nuestro “caos” y acaban por disgustarse con los resultados. Cuando además, basamos nuestro éxito en la entrega en fecha, en vez de en el valor aportado, acabaremos queriendo mucho para obtener resultados dignos. 

Evolucionar nuestra cultura de fecha a valor de negocio requiere de mucho trabajo por parte de nuestra empresa y la complicidad de los clientes. Ahora bien, las empresas que resuelven problemas de cliente consiguen relaciones más sanas y mayor satisfacción de sus clientes. 

Departamentos enfrentados

Un síntoma claro de que necesitamos cambiar son los departamentos enfrentados. Quién conoce bien la historia de Nokia sabe que ese enfrentamiento departamental fue el causante de su declive como dominador de los terminales móviles. 

Los departamentos se necesitan para entregar valor pero, curiosamente, cada uno vive la realidad de manera diferente, lo que provoca que evolucionen a muchos estancos que dificultan la entrega de valor. ¡Los departamentos dificultan la entrega de valor!

Reunionitis 

Las reuniones son elementos claves de las empresas. Una reunión es un punto de encuentro donde podemos trabajar algún asunto o algún tema relevante. Sin embargo, las reuniones excesivas que llenan nuestra agenda y apenas nos dejan tiempo para pensar acaban por destruir nuestra moral.

Tener las agenda llenas de reuniones es fruto de una estructura de empresa donde los equipos tienen demasiadas dependencias. Equipos que entreguen valor de forma autónoma nos elimina de la agenda muchas reuniones y nos posibilita la entrega de valor. 

Poca proactividad

Otro síntoma evidente es la falta de proactividad o iniciativa por parte de nuestros empleados. Necesitamos nuevas ideas y que las personas tomen decisiones y descarguen a los managers de ello.  

Sin embargo, creamos culturas donde las personas necesitan responsables que les den trabajo o les guíen. Hemos infantilizado las empresas y esto provoca la necesidad de mucha energía para que los equipos funcionen. 

Baja motivación

A pesar de todos los esfuerzos por qué los equipos sean felices detectamos niveles bajos de motivación. Y las empresas son muy creativas para motivar: oficinas chinas, bonus, formaciones… y nada funciona. 

La motivación aparece cuando decidimos sobre nuestro trabajo y nuestro entorno. Para eso debemos romper muchas ideas tradicionales y las empresas no suelen querer cambiar. Al motivar por regales, conseguiremos trabajadores mimados que seguirán quemados con su trabajo. ¡Y encima es caro!

Falta de foco y desalineamiento

Uno de los síntomas que más dinero hacen perder dinero a las empresas es la ausencia de foco. Equipos que sienten que las prioridades son placas y que viven en una lucha de poder entre diferentes intereses.

El foco y el desalineamiento aparecen cuando departamentos diferentes (con objetivos diferentes) tratan de colaborar para entregar valor. 

Falta de predictibilidad

Ser predecible es una necesidad de las empresas modernas. Queremos controlar el futuro para tomar decisiones. A base de horas dedicadas a estimar, pretendemos tomar decisiones. Sin embargo, siempre fallamos en las predicciones y sufrimos al no cumplir con fechas comprometidas.

La predictibilidad es una pieza clave si se aborda desde métricas de valor. Para ello, debemos medir lo que hacemos y usar eso datos para lanzar predicciones con margen de acierto. Aprender está técnica necesita de mucha experiencia que las empresas apenas comprenden. 

Ausencia de confianza 

Por último, el peor sintoma de todos: la confianza y su ausencia. Los equipos que se enfrentan a problemas complejos necesitan de confianza para funcionar. La ausencia de confianza se traduce en muchos procesos de control y burocracia que nos dé garantías de que las personas trabajan bien. Todo esto nos resta capacidad de entrega y dificulta las relaciones y la comunicación. 

Trabajar la confianza se consigue al trabajar en equipos end-2-end donde todos tenemos la misma responsabilidad sobre el reto a resolver. Sin confianza, el trabajo se volverá un auténtico infierno. 

Y tú, ¿Qué síntomas tienes en tu empresa?

1 pensamiento sobre “20 síntomas de que tu empresa necesita un cambio”

  1. Yo aquí agregaría una extra titulada «Agilitis». Sus síntomas son las de aquellas empresas que se dejan embelesar por los beneficios de la Agilidad, sin entenderla ni pretender entenderla ni teniendo en cuenta el impacto cultural que ello conlleva. Luego vienen los madres mías y da lugar a otros síntomas que indicas. Al final unos síntomas retroalimentan a otros.

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