Durante muchos años he creído que Scrum se utilizaba para hacer proyectos. En el año 2017 entendí que se utilizaba para hacer productos. Sin embargo, repasando este verano la Scrum Guide he descubierto algo sorprendente, han eliminado la palabra “producto” se la definición de Scrum. El objetivo de un Scrum Master Profesional no es seguir la guía como un zombie, sino entenderlo muy bien y saber aplicarlo en cada contexto para que genere el máximo rendimiento. Hoy, analizamos para qué podemos usar Scrum. ¡Comenzamos!
Scrum para todo
Sí, durante muchos años hemos pensado que el scrum era una bala de plata que se podía utilizar para cualquier situación. Muchas empresas y equipos entienden la agilidad como hacer lo que te dé la gana. Por tanto, solo tenemos que adaptar Scrum a lo que “nos funciona” y lo tenemos.
Esta estrategia, imperante en muchas empresas, ha generado dudas sobre la auténtica utilidad de Scrum. Muchas empresas están rechazando Scrum o, como mínimo, su propuesta original.
Scrum es una herramienta que tiene determinados usos, ¡no vale para todo! Puedes cortar un árbol a martillazos pero vas a perder el tiempo por no utilizar la herramienta adecuada. Por tanto, aquellas empresas o equipos que usen Scrum para todo, acaban siendo poco ágiles y, por tanto, poco efectivas. Cuando la moda de “hacer Scrum” está por encima de los resultados (de negocio) acabamos en un paripé que termina siendo rechazado.
Scrum para hacer proyectos
Quizás este sea el uso más habitual de Scrum en las organizaciones y uno de los que más problemas genera. Dado que muchas empresas buscan en Scrum eficientar sus clásicos proyectos acabamos aplicando Scrum para tal fin. Llevamos décadas con proyectos que no cumplen las fechas que les impusimos o que lo hacen con una calidad baja y apretando mucho a los equipos.
El problema de utilizar Scrum para hacer proyectos es que Scrum (ni la virgen de Lourdes) nos garantizan que se alcanzará una fecha con un determinado alcance y coste. El origen del problema no es Scrum sino aplicar soluciones de planificación a problemas complejos que no se pueden planificar. Los problemas complejos se resuelven con aproximaciones y poco a poco.
Las empresas que utilizan Scrum para hacer proyectos generalmente acaban fracasando en ello y provocando situaciones muy desagradables o abandonando el marco. ¡No ha cumplidos expectativas!
Desarrollo de productos
Las empresas u organizaciones que usan Scrum para el desarrollo de productos son aquellas que han dado un gran paso para entenderlo. Sin embargo, este cambio va mapas allá de la nomenclatura, es un cambio de mentalidad. Hay empresas que llaman Producto a un software propio pero que sigue creciendo a base de fechas con alcances cerrados. Entender que el software debe ser validado antes de realizarse con acuerdos con cliente. Los auténticos productos digitales escuchan a sus usuarios y, después, deciden desarrollar las soluciones que mejor les pueden funcionar.
Cuando tenemos un desarrollo de producto, es decir, una entidad que va a evolucionar a medida que descubrimos nuevos retos y soluciones, Scrum gana sentido. Scrum está pensado para una mentalidad iterativa e incremental cuando nos enfrentamos a un mercado en el que debemos estar muy activos.
El problema de usar Scrum para el desarrollo de productos es que choca con el modelo de negocio de muchas consultoras de software. Salvo que tengamos un contrato con el cliente basado en confianza ,y que sea abierto, es casi imposible aplicar una aproximación de producto en una situación cliente-proveedor.
Scrum como método para aportar valor
Muchas empresas que desarrollan producto se enamoran de su software y no del impacto que su software genera en el mercado. Las empresas que usan Scrum como generador de valor, se centran en el outcome del producto. ¿Cuánto valor somos capaces de crear?
Para centrarnos en valor, tenemos que ser capaces de medir valor. Valor se refiere a resultados económicos si hablamos de empresas con ánimo de lucro. Es decir, tenemos que ser capaces de medir el impacto económico que un producto o equipo generan.
Entregar valor conlleva un cambio cultural muy elevado. Debemos de traer los resultados económicos del equipo a los propios desarrolladores con el ánimo de que utilicen esta información para tomar decisiones. Este tipo de estrategia no son habituales en las empresas. Scrum funciona muy bien en estos entornos porque casi todas las herramientas que propone el marco se centran en la entrega de valor. Por ejemplo, una Sprint Review en un equipo Scrum que mide valor gana sentido porque nos permite tomar decisiones que nos adapten a mejores resultados.

Resolver problemas complejos
Usar Scrum para resolver problemas complejos lleva con Scrum desde sus orígenes. La definición actual de Scrum así lo refleja y debemos entender qué significa la complejidad. Cuando hablamos de resolver un problema complejo hablamos de un problema del que no podemos planificar una solución debido a la cantidad de incertidumbre que rodea el problema. La complejidad está presente en problemas que requieren de gestión del conocimiento, entre ellos, el desarrollo de software.
Lo curioso es que, muchas empresas que dicen usar Scrum siguen empeñadas en disponer de un plan para resolver el problema. Sin embargo, Scrum lleva años haciendo mucho hincapié en que nos centremos en resolver problemas complejos. Precisamente, los problemas complejos se resuelven mediante aproximaciones, ¡justo lo que propone Scrum con los Sprints!
Además, los pilares de Scrum (inspección, adaptación y transparencia) son clave en este tipo de problemas complejos. Cada poco tiempo inspeccionamos los avances en la resolución del problema y nos adaptamos para avanzar. Por ejemplo, si queremos desarrollar una vacuna, lo haremos bajo prueba-error.
¡Por tanto! Scrum propone que antes de empezar a trabajar, definamos muy bien el problema que queremos resolver y, en caso de ser complejo, arranquemos con Scrum. No se trata de entregar una web para una fecha, sino de mejorar nuestras visitas o nuestras ventas. No se trata de construir un producto para la gestión interna de la compañía, sino reducir los costes de mantenimiento o mejorar la satisfacción de los usuarios.
Por tanto, Scrum es un marco de trabajo ligero que busca resolver problemas complejos mediante la entrega de valor aplicando soluciones adaptativas (productos).
Y tú, ¿para qué utilizas Scrum?