Scrum

¡Viva Scrum ManquePierda!

Antes de explicar este post, quiero explicar el significado del título para los que no sean muy futboleros. Nací y crecí en Sevilla (sur de España). En mi ciudad, existen dos equipos históricos de fútbol, el Sevilla FC y el Real Betis Balompié, que toma el nombre antiguo del río de la ciudad: Betis. Este equipo, no siendo el más laureado, tiene una frase que lo define muy bien: “Viva el Betis Manque Pierda”, es decir, que gane o pierda, la afición siempre apoya al club. ¿Debemos apoyar Scrum gane o pierda? 

¿Scrum?… ¡ponme dos kilos! 

Hace unos años, estuve trabajando para una empresa que quería mejorar su agilidad a través de equipos Scrum. Tras varios años, conseguimos que muchos equipos se centrarán en entregar valor y que todos entendiéramos qué era Scrum y cómo nos podía ayudar. Un día, la empresa fue adquirida por otra mayor, que entendía Scrum como una dificultad añadida para sus clientes y, poco a poco, decidieron abandonarlo. La estrategia actual de la empresa es clara: haremos Scrum hasta donde el cliente permita, sin purismos ni “talibanes”. 

Esta estrategia es bastante válida y no está alejada de lo que muchas empresas esperan, que Scrum sea útil y no les suponga un dolor de cabeza imposible. A pesar de que pueda ser cierto,  a un Scrum Master Profesional siempre le dolerá esta estrategia, su misión es que Scrum sirva para entregar valor. 

Sin embargo, Scrum no es un trozo de carne que podamos trocear hasta obtener la cantidad que queramos, ¿Scrum?, ¡ponme dos kilos! Scrum es un marco completo que tiene muchos elementos interconectados. Imaginemos que se nos pide un coche con tres ruedas, no es posible: o tiene cuatro o no funciona (aunque podamos negociar la de repuesto). 

Por tanto, ¿qué significa hacer Scrum “hasta donde se pueda”? 

Cuando Scrum Gana

Hace unos meses, estaba impartiendo una formación sobre Scrum cuando un alumno me hizo la siguiente apreciación: “tal y como lo veo, existen dos tipos de negocios. Por un lado, tenemos productos que se destinan al público masivo, por ejemplo Spotify, y en ellos,  Scrum ayuda mucho. Sin embargo, existen otras empresas que prestamos servicios de consultoría a nuestros clientes, quienes esperan una fecha y un precio. No tengo tan claro que Scrum ayude en esta situación”. 

Scrum busca generar valor, generalmente dinero, de manera directa o indirecta. Definimos un motivo, que llamamos Product Goal, y tratamos de acometerlo en iteraciones, llamadas Sprints, en las que aprendemos de nuestro customer para ir adaptándonos a lo que necesita. De esta manera, tratamos de construir el producto correcto, que resuelva un problema y que genere valor, con lo que podemos lograr rentabilidad para nuestro negocio y hacerlo viable. 

En este caso, Scrum es un éxito. De hecho, todas las prácticas que recomienda Scrum empiezan a tener sentido. Apostar por la calidad es clave para que la experiencia de los clientes sea la mejor. Medir valor de negocio que nos permita entender la realidad de nuestro trabajo es lo importante y no necesitamos estimar de manera detallada porque nos centramos en generar valor y no en “acertar fechas”. ¡Todo parece que funciona! 

No obstante, este tipo de equipos son poco habituales hoy en día en las empresas, aunque también son un reflejo del motivo por el que necesitan un cambio. En la mayoría de clientes que no nacieron digitales, existen departamentos que no se enfocan en la entrega de valor, sino en tareas independientes que se deben complementar. Por esto, Scrum suele chocar, necesita de equipos capaces de entregar por sí mismos y esto supone cambiar la estructura organizativa. ¡Nadie dijo que sería fácil!  

¿Scrum pierde? 

Muchas empresas han intentado Scrum y no han conseguido demasiado. La sensación en muchos equipos es que se ha perdido el tiempo que solo les ha generado ruido. Hay casos peores, donde Scrum ha convertido su trabajo en un contínuo control: planificación comprometida, reporte diario, reporte cada dos semanas… ¡Estamos peor que nunca! 

En aquellas empresas donde a Scrum le cuesta entrar o donde se ve como un “marco demasiado teórico”, Scrum también tiene su cuota de éxito. 

Si las personas que aplican Scrum tienen una buena formación, Scrum nos aporta el conocer las deficiencias de la organización rápidamente. Esto es lo que se conoce como “levantar la alfombra”. Una vez que conocemos las opciones de mejora que tenemos, toca remangarse o parar. Muchas empresas lo ven muy alejado de su realidad porque no están dispuestas a cambiar.

Por ejemplo, tratamos de montar equipos Scrum y nos  damos cuenta de que los equipos tradicionales no son multidisciplinares y que  la calidad se realiza en un equipo final en otro departamento. Esto supone que un equipo que desarrolla software tenga que esperar varias semanas a que el Departamento de Calidad les diga si su código puede subir a producción. Esta manera de funcionar ralentiza mucho la entrega, más del 60% del tiempo que tardamos en construir una nueva Feature se pierde en llevar las pruebas a otro departamento. Proponemos un experimento, introducir especialistas QA en el equipo que asuman, desde dentro, su función y que la realizan a medida que el resto de compañeros finalicen sus desarrollos, sin esperas. Con esto se consigue que se reduzcan los tiempos de entrega y que la cohesión de los equipos y la responsabilidad compartida sean una realidad. De hecho, el siguiente paso del QA es que todos aprendan a realizar su función, para que podamos ir más rápido. Además, a nivel empresa, podemos “prescindir” del Departamento de Calidad e incluir sus funciones en los equipos. ¿Estamos dispuestos a llegar tan lejos? 

Scrum no importa, importa tu empresa

Seamos sinceros, da igual si Scrum triunfa o pierde. De hecho, es probable que en el futuro no exista Scrum porque encontremos mejores maneras de entregar valor. Pero, hay algo que es lo que realmente debería inquietarnos: ¿está la empresa siendo capaz de adaptarse al mundo digital? 

Aunque podamos usar Scrum en muchas áreas de las empresas, son las tecnológicas las que más lo necesitan o las que más lo están demandando. El motivo es porque necesitamos mejores resultados, nos está costando liderar el mundo digital y tener resultados acordes a la inversión (que cada vez es más alta). 

Y tú, ¿ganas o pierdes con Scrum?

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