Scrum

Scrum no fracasa, lo hacemos nosotros

Scrum es un marco de trabajo muy extendido en muchas empresas, sobre todo en las tecnológicas. Sin embargo, a pesar de años de formación, inversión y acompañamiento, muchas organizaciones no han conseguido los beneficios esperados que se prometían inicialmente. ¿Por qué ocurre esto? ¡Lo analizamos! 

Muchos Scrum’s

Hoy día, existen muchas propuestas Scrum. Cuidado, Scrum es un marco, es una base, y por tanto deja mucho espacio para que cada equipo decida cómo “jugar” con él. Al igual que en un deporte, las reglas no cambian, pero cada equipo tiene un estilo de juego diferente. Esto es lo que conocemos como “Scrum AND”, es decir, además de Scrum, incorporamos otras técnicas y prácticas que nos ayuden a entregar valor. 

Lo que realmente nos debe preocupar son los Scum-But. Organizaciones que han adaptado Scrum a lo que ellos consideran y, sin querer cambiar, han reinventado el marco original. De hecho, en muchas empresas siguen llamando Scrum como una “metodología” cuando realmente es un marco. Buscamos en Scrum un “manual del empleado” que nos diga cómo deben trabajar para que funcione, cuando realmente Scrum solo es la base donde cada equipo debe decidir cómo trabajar. 

Cuando trabajaba en Paradigma Digital, un compañero que se incorporó me preguntó: “He estado en muchas empresas, ¿El Scrum que nos vas a enseñar es el bueno?” Y es normal que nos cuestionemos qué Scrum tenemos, las empresas se han inventado su propia versión adaptada, y muchas de ellas para que nada cambie. 

El verdadero uso de Scrum (orientación a negocio, producto, preguntar por métricas de negocio)

Hay una manera muy buena de entender si un equipo hace Scrum, preguntando “¿cómo mides valor?” Si la respuesta se orienta a productividad, a que el equipo trabaje muchas horas o al número de funcionalidades que entregamos, estamos ante un Scrum poco maduro. Sin embargo, si nos responden métricas ágiles, entonces es que tienen claro el objetivo de usar Scrum como marco para generar valor. 

La gracia de Scrum es que nos permite pivotar en base al resultado en negocio de nuestro producto (hecho con software si estamos en un entorno software). Lo importante no es trabajar mucho, sino trabajar en la dirección adecuada. Para ello, inspeccionamos y adaptamos cada poco tiempo, de manera que tomamos decisiones que nos permitan ser más efectivos. 

Además, es un marco que se define como ligero porque no incorpora muchas reglas. No te dice cómo hacer una Sprint Planning, o una Daily Scrum por ejemplo. Ese espacio se utiliza para que cada equipo lo llene con las prácticas que crean que más les puede aportar. 

Scrum saca a la luz tus vergüenzas

Scrum tiene un impacto muy rápido en las empresas, y es que saca a la luz muy rápido todas las deficiencias, veamos algunos ejemplos: 

Quieres implantar los nuevos roles como el Product Owner, y descubres que las personas de negocio están tan ocupadas que es imposible que pongan foco en el producto. ¿Cómo podemos competir en el mundo digital con personas ocupadas? 

Tratamos de crear un equipo multidisciplinar capaz de hacer entregas de manera autónoma del producto. Es decir, tener personas unidas desarrollando un producto de la manera más independiente posible. Sin embargo, la empresa tiene muchos departamentos poco abiertos a colaborar y a ceder sus “recursos”. Frases como “a mi dame los requisitos y lo hacemos” generan burocracia interna que ralentiza muchísimo nuestra capacidad de entrega valor. 

Organizamos una Sprint Review para inspeccionar el resultado de nuestro producto y descubrimos que los interesados no tienen tiempo para acudir. ¿Cómo podemos saber si vamos por buen camino si los users de nuestro producto no tienen tiempo de darnos sus impresiones? 

Scrum no tiene la culpa de lo que ocurre en la empresa

Scrum permite sacar a la luz las deficiencias de la empresa, pero no se arreglan por sí solas. Son las propias personas las que deben cambiar para que la entrega de valor sea más efectiva. Nos toca remangarnos y cambiar la organización. Por eso, el Scrum Master debe ser una figura incómoda en una empresa, debe hacer las preguntas apropiadas que chirríen para que descubramos nuestros puntos de flaqueza. Si un Scrum Master es todo buen rollo y alegría, es muy difícil que una empresa cambie para mejorar. 

Por eso, Scrum no tiene la culpa de los problemas de una empresa, Scrum solo los transparenta. Y por cierto, dado que cambiar es duro, muchas empresas prefieren retirar Scrum o amoldarlo a su interés para no cambiar. Esto es más habitual de lo que creemos, y el siguiente paso es decir “Scrum a nosotros no nos funciona”. 

Y tú, ¿usas Scrum para mejorar tu organización? 

Deja un comentario