Para hacer Scrum necesitas lo mismo que para perder peso: disciplina. Durante el verano he estado estudiando el método OKR qué se utiliza para implantar un sistema de objetivos que permite a una organización dirigir su comportamiento hacia lo que realmente es importante. Al leerlo, el autor explica que es vital el compromiso y la disciplina de todos para que funcione, desde la dirección hasta los equipos y proveedores. Esto es, exactamente, el principal problema a la hora de implantar Scrum, Kanban o cualquier otro tipo de técnica. El problema radica en que los que lo implantan o los que contratan a los que implantan son las primeras personas que no quieren cambiar.
Tienes que dejar de comer donuts
Imagina que tienes sobrepeso debido a una mala alimentación. Todas las mañanas desayunas tres donuts, lo cual, contribuye a tu mala salud. Decides que es el momento de perder peso, así que contratas a un médico para que te guíe. Aparte de recomendarte ejercicio físico y una nueva dieta, el médico decide que debes suprimir esos tres donuts mañaneros.
Inicialmente, todo va bien, empiezas a perder peso bastante rápido y empiezas a sentirte mejor. Sin embargo, una mañana, tienes mucho estrés y te entra hambre. Decides comerte un donut para aplacar la ansiedad. Te dices a ti mismo: “no hay que ser radical; tenemos que ir poco a poco; por un donut no pasa nada; antes me comía tres, aún voy por el buen camino”
Ese donut es una falta puntual, pero otro día decides comerte otro, y otro… al final, se convierte en un hábito. Ya no es un día esporádico, es habitual que todas las mañanas te comas un donut. Aunque tú piensas que estás mejor que antes porque has reducido a un tercio tú mala práctica.
Entonces, otra mañana, tienes otra vez ansiedad, y ese donut ya no te sacia. Así que, decides incorporar un nuevo donut a tu dieta habitual de manera que ya son dos. Aún así, piensas que has seguido reduciendo respecto a como estabas antes. Sigues estando mejor y aunque quizá ahora engordes pero no mucho. Tú has cambiado y algo quedará.
Por último, llega un día que se te hace muy largo; has dormido mal y esos dos donuts no son suficientes… ¡necesitas incorporar tu tercer donut! Ese tercer donut ya se convierte en habitual y empiezas a pensar que realmente el médico no era tan bueno. ¿Quién es ese matasanos para decirte a ti lo que tienes que cambiar que llevas muchos años comiendo tres donuts y te ha ido bastante bien hasta ahora?
¿Os suena esto a cuando implantamos Scrum o cualquier tipo de método dentro de una organización? Al principio, tomamos decisiones difíciles y nos lanzamos. Cuando empiezan a aparecer pequeñas mejoras empezamos a cansarnos, y decidimos implantar un método híbrido. Al final, acabamos abandonando toda esperanza y volvemos al punto de partida, con los mismos problemas que teníamos.

Como si fuera un donuts
En Scrum podemos encontrarnos con una situación parecida. Empezamos con un planteamiento muy disruptivo en el que rápidamente incorporamos nuevos roles, artefactos y eventos. Todo esto, se puede percibir como un planteamiento “radical” o “talibán” ya que muchos de estos elementos no existían en las empresas. Cuando alguien quiere dejar de fumar, tiene que dejar de fumar; cuando alguien quiere perder peso, tiene que romper radicalmente con los hábitos más dañinos que tiene. Cuando haces una medio-dieta o dejas de fumar pero con caladas esporádicas, no acabas por ver resultados y abandonas. Por eso, en Scrum, si no implantas el marco completo, no verás resultados.
Al igual que un buen médico se va a poner tozudo sobre cómo tienes que perder peso, ya que su imagen está en juego, un buen agilista, hará lo mismo. Duda de cualquier agilista que no haya tenido choques con su organización o con alguna empresa por la que haya pasado. Los cambios cuestan, hay millones de excusas para no querer cambiar por eso nos engañamos a nosotros mismos cuando decimos que queremos hacerlo. Un agilista choca porque la realidad muchas veces nos demuestra que la empresa no quiere cambiar.
Dieta milagro y transformación milagro
Si alguien anunciara una “dieta-milagro” a base de bacon, seguro que muchos nos apuntaríamos. Las dieta-milagro tratan de prometer cosas imposibles como perder peso sin pasar hambre. Los que realmente saben, los endocrinos, dudan de muchas de estas dietas, que además de ser perjudiciales, pueden crear un efecto rebote (y acabes comiendo más donuts que antes).
La Transformación Agile milagrosa también existe. Para empezar, usar SAFe o Spotify es dudoso, ya que sería pensar en una dieta mágica para todos. Precisamente en una dieta hay calidad cuando se personaliza para cada paciente. Una transformación positiva ocurre cuando se personaliza al contexto, al negocio, a la tecnología y a la cultura. Esto no significa plegarnos, todo lo contrario, pero teniendo claro lo que queremos ser y el tiempo que podemos tardar.
Muchas empresas prometen cambios rápidos y eficaces sin conocer un solo equipo, sin haber hablado con nadie. Además, muchas consultoras venden “su método” cuando lo único que deberían tener es una manera eficaz de inspeccionar y adaptar rápidamente. En mi caso, a los clientes siempre les digo que lo primero es decidir: alcance de la transformación, tiempo, roles, artefactos y eventos. Es decir, cómo y cuándo vamos a pivotar las decisiones que tomemos. Todo lo que ocurra, dependerá de lo que nos encontremos y los retos que se presenten.

Cómo dejar de comer donuts
No quiero lanzar un mensaje al radicalismo y hacia la revolución. Las organizaciones no pueden lanzarse a una transformación global, rápida y efectiva. Deben decidir qué parte quieren cambiar o aplicar una nueva técnica. Donde decidamos empezar, hagámoslo bien, seamos disciplinados y sin pasos atrás. Si esto nos obliga a cancelar una reunión con un cliente o a rechazar un contrato para poder aplicar lo que hemos dicho que vamos a aplicar tenemos que empezar a plantearlo. Lo contrario es empezar a comer ese pequeño donut inofensivo que poco a poco se convierte en hábito y nos lleva a un punto muerto. Si crees en algo es porque lo defiendes.
Mi consejo es sencillo, si quieres hacer algo, hazlo y si no quieres no lo hagas. Medio intentar algo nunca da resultado. Ya lo dijo Yoda:
“hazlo o no lo hagas, pero no lo intentes”
Y tú, ¿eres Agile o intentas ser Agile?
Creo que si las empresas hacen cambios a Scrum es porque tienen que adaptar este marco a sus necesidades, lo cual es normal. El objetivo de las empresas es conseguir beneficios y les resulta irrelevante como lograrlo.