La Transformación Agile es uno de los grandes retos que se han planteado en las empresas cómo parte de su Transformación Digital. La transformación Agile está muy centrada en un cambio cultural por encima de uno metódico lo que nos lleva a que sea un proceso lento. ¿Cuánto tiempo se puede tardar en una transformación?
Ken Schwaber y Jeff Sutherland lo tienen claro
Para poder saber el tiempo que se tarda en implantar agilismo, deberíamos de poder medir el punto de inicio y de fin. El primero es fácil, aunque muchas grandes empresas en las que he trabajado hicieron experimentos con Agile antes del “arranque oficial” y esto condiciona saber exactamente cuándo se empezó. Algo más difícil es saber el punto de finalización ya que, una vez eres ágil, el cambio es continuo.
Nuestra compañera de blog Esther Estévez tiene claro que la transformación Agile consiste en convertir una empresa de estática a dinámica, en ese momento, ya estaría transformada.
Los creadores de Scrum nos dieron la pista sobre cuánto se tarda en una transformación Agile y ellos decían entre tres y cinco años. Aún así, también reflexionaban sobre el hecho de que es difícil determinar el punto donde “estás transformado” ¿Se atreverá una gran empresa a una transformación que le puede llevar tanto tiempo?
Sara Aguilera, que muchos años fue responsable de Agile en BBVA, nos decía que es imposible saber cuándo estás transformado ya que: “la mejora contínua no tiene fin”. De hecho, BBVA lleva más de 6 años y todavía le queda mucho trabajo por hacer, a pesar de que ya ven muchos beneficios.

No tienes que esperar tanto para ver cambios
Estuve tres años en la empresa Paradigma Digital trabajando en su evolución Agile para extenderlo en todos los equipos. Tras todo ese tiempo, implantamos muchísimos cambios, gracias a su cultura y las ganas que muchos pusieron. Cuando llevaba apenas un año, tuve una pequeña crisis sobre el avance del agilismo en la empresa. Para mí, íbamos lentos y no estábamos consiguiendo transformar nada. Sin embargo, mi compañera Fátima y mi compañero Manu hablaron conmigo y me dijeron que, para ellos, se había notado muchísimo mi trabajo, que en ese momento las cosas eran muy diferentes.
Ese día estuve reflexionando y empecé a aceptar que las personas necesitan su tiempo, y que si una iniciativa no arranca, quizás haya que esperar el momento propicio. Dos años más tarde, habíamos cambiado muchísimas cosas, y sin ser la empresa más Agile del mundo, éramos capaces de mejorar nuestra capacidad de entregar valor.
Tener un ojo en lo “transformado”
Curiosamente, nos contaba Virginia Valdivia, la responsable Agile de Repsol, que ellos llevaban tres años y que, prácticamente, estaban empezando. Sí, habían lanzado muchas iniciativas, pero en empresas tan grandes se tarda mucho en una transformación así.
Además, Sara Aguilera, nos contaba que era importante acompañar, aunque de forma esporádica, a los equipos con los que habías trabajado. Si un equipo deja de tener acompañamiento, puede desviarse y volver a las prácticas tradicionales. ¡Vayamos lentos pero seguros!
Hacer Agile, Ser Agile, Liderar en Agile
Una distinción interesante sobre Agile es saber el grado de madurez implantado en la organización. Si la agilidad es una habilidad, siempre podremos mejorarla a base de entrenamiento. Al igual que ocurría en la mítica película Karate Kid, para aprender una nueva disciplina, deberemos ser muy constantes y seguir las “reglas”. En Scrum por ejemplo, buscamos ser muy fieles a la guía y no incorporar demasiadas prácticas adicionales. En esta etapa, no somos muy naturales y estamos “haciendo Agile” como si de una receta sencilla se tratara.
¡Pero hay que avanzar! el siguiente paso es “ser Agile”, que es el momento en el que interiorizas la cultura y empiezas a buscar maneras óptimas de entregar valor. En este punto, no tenemos que discutir sobre si seguir la guía Scrum es purismo, y todo nuestro debate girará en torno a: ¿qué prácticas incorporas para potenciar tu entrega de valor? Pocas empresas llegan a este nivel, aunque parezca increíble.
Y por último, tenemos el liderazgo Agile, es el punto donde está tan interiorizado el cambio, que somos capaces de enseñar a otros, de extenderlo con facilidad. En este punto, es cuando queremos aplicar Agile fuera del software, queremos que sea un estándar para toda la compañía.

Deja más agilidad de la que te encuentres
Muchos Agile Coach y Scrum Master tienden a moverse entre las organizaciones, solemos ser nómadas. Muchos expertos recomiendan el movimiento, porque evita que te acomodes, y que te hagas a un sitio. En la empresa McKinsey, tienen por regla rotar cada 6 meses como máximo, para evitar que te estanques en un cliente. La mayoría de Agile Coach de los que tengo mejores referencias suelen hacerlo y les da mucha más visión del mundo y de la capacidad de mejorar.
No obstante, hemos dicho que una transformación lleva muchos años, ¿cómo podemos aportar algo que seguirá cuando nos vayamos? Pues en mi caso, tengo una máxima: “deja más agilidad de la que te encuentres”. En mi paso por Paradigma Digital, pude implantar muchas cosas: una comunidad, un tablero de mejoras para la empresa o conseguir que el nivel de conocimiento Scrum aumentara entre los compañeros. Pero el mundo sigue y les toca a otros continuar esa ruta. En otros clientes, he estado pocos meses, pero hemos conseguido que algunos pocos equipos piensen diferente, o al menos que tengan más claro lo que supone ser ágil y el beneficio que les podría aportar.
Siempre que estés en un sitio, intenta que las cosas mejoren, está bien pensar en grande, pero no pasa nada si, cuando te vayas, aunque no sea la empresa más ágil del mundo, has conseguido que avancen.
Y tú, ¿cuánto crees que dura una Transformación Agile?