Scrum

Cambiando el mundo con un mollete: La importancia del tiempo para un Scrum Master

Hace dos veranos unos compañeros me buscaron porque tenían inquietudes sobre diferentes ideas que les rondaban la cabeza. Decidimos que un día a la semana saldríamos a desayunar a comernos un mollete con tomate a la cafetería de enfrente con papel y lápiz para aterrizar esas ideas.

De esta manera creamos un evento que llamamos “cambiando el mundo con un mollete” y que nos permitió sacar adelante varias iniciativas como un medidor de agilidad de los equipos y una guía para los Scrum Teams de cara a tener presente Scrum.

No era un desayuno para hacer networking y conocernos más, sí, a veces hablabas de tus cosas, pero el objetivo era salir de la rutina de una oficina y tener tiempo para crear cosas nuevas, para pensar y ser innovadores.  

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Tiempo para mejorar

De aquella experiencia aprendí una cosa muy valiosa que creo que es esencial para cualquier Scrum Master. Todos deben tener tiempo para observar. La mayoría de Scrum Master que voy conociendo acaban estando muy saturados, a veces incluso más que un Jefe de Proyectos porque realizan las tareas de ambos roles. Esto redunda en tu foco, uno de los valores de Scrum, llenar la cabeza de cosas hace que te satures.

Hubo una época en la que como Agile Coach pedí ser Scrum Master. Quería meterme en un equipo y tratar de dar ejemplo para ayudar a otros Scrum Master. La respuesta fue clara, “no puedes estar de Scrum Master, tienes que tener tiempo para hacer tu trabajo”. Aquella frase que me dijo mi sponsor no la quise entender, ¿Cómo puede ayudar el tener tiempo?

Con retrospectiva lo he entendido, cuando tienes tiempo ves las cosas de otra manera. Tu realidad es distinta a la de tus compañeros. No se trata de llenar ese tiempo viendo el marca o estudiando la reproducción del cangrejo amarillo. Se trata de liberar tu mente para ver lo que pasa desde otro ángulo. Quizás este es el motivo por el que Esther Derby & Diana Larsen en su libro Agile Retrospectives proponen que el facilitador de una retrospectiva no participe. Si participas llenas tu mente de tu opinión, si no lo haces tienes espacio para ver qué ocurre. Estar contectado sin estar presente.  

Tiempo para observar, aprender y dar feedback

Con los equipos es igual, cuando tienes tiempo puedes ver cómo actúan las personas del equipo, cómo se comunican, como se autoorganizan y cómo resuelven las diferencias. Lyssa Adkins incluso comentaba dónde debes colocarte con el equipo, ella proponía quizás en el medio cuando empiezas y requieren de más mentoring  y poco a poco hacia fuera cuando requieran más coaching.

Muchos Scrum Master cuando ayudan a que los equipos empiezan a organizarse sienten que tienen tiempo. En vez de usar ese tiempo para observar, aprender y ayudar deciden hacer lo que entienden por más productivo. Por ejemplo, hay quien se dedica a programar, o quien realiza la documentación, revisa las incidencias… Esas tareas restan autoorganización y te van a limitar de ver lo que realmente pasa en el equipo.

Scrum Master no habla

Hay un ejercicio que podéis probar con los equipos. Lo aprendí de un taller con Javier Garzás. El Scrum Master no habla durante el Sprint, solo se dedica a apuntar todo aquello que vea relevante. Después en la retro se muestran las anotaciones y se trabajan. Se que es un ejercicio muy duro, pero ayuda a entender cual es el papel real de un Scrum Master.scrum agile transparencia

Hoy en día en las organizaciones se tiende a tener a todo el mundo ocupado. Pensamos que así seremos más eficientes y es todo lo contrario. El tener tiempo nos permite estar ahí para ayudar cuando haga falta, ese es el verdadero espíritu de un Scrum Master. No pienses en qué va a hacer cuando no tenga nada que hacer, piensa en que va a poder actuar cuando haga falta. 

Por otro lado, quería comentar que Tobias Mayer hablaba de tener siempre un “loco innovador” en las organizaciones. Alguien que se dedica a observar y proponer ideas de mejora. Es un poco lo que mis compañeros y yo hicimos juntos, convertir una parte de nuestro tiempo en algo productivo sin un objetivo claro, sólo porque queríamos que la empresa diera pasos para mejorar. Cambiar el mundo es difícil, pero siempre será más fácil con un buen mollete.

PD: dedicado a mis excompañeros 🙂

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